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En Tiempo Divino

Writer: universocotidiano1universocotidiano1

Updated: Mar 11, 2023



La semana pasada soñé con su presencia durante toda la noche. Eran imágenes fragmentadas, inconclusas. Por momentos parecía que lograríamos coincidir en aquel espacio onírico, pero en realidad hasta en el sueño dependíamos de un azar que si en algún momento estuvo de nuestro lado, hoy parece jugar a los acertijos, a las escondidas.

Al otro día, y de forma aún más inesperada, una vez logré recuperarme de la apatía con la que enfrenté un día intrascendente, recordé que debía entregar un libro en la biblioteca. Esa mañana había recibido la tercera notificación y yo, en esa energía dispersa en la que me encontraba, y como tantas otras cosas que flotaban en el aire sin ser atendidas, había optado por dejarlo para después. Sin embargo, decidí hacerle frente a la entropía y me dirigí a la biblioteca. Deposité el libro en el buzón, y en el proceso me percaté de una fila interminable de carros yendo en la dirección que me llevaría a mi casa. Claro, era hora pico. A pesar de mi repentina vitalidad había elegido el momento menos oportuno para salir. Al ver el sinnúmero de carros decidí darle la vuelta a la universidad para tomar una ruta alterna. Emprendí la marcha y justo cuando pasaba por medio de varios edificios me englobé por unos instantes. El semáforo seguía en rojo y de repente, como si me hubiera leído la mente el universo conspirador que la noche anterior había invitado aquella presencia a mis sueños, me llevó a notar una figura caminando, la única que había en el andén al otro lado de la calle. Era él, iba caminando hacia el semáforo. Se me iluminó el rostro, sentí ganas de sonreír y fueron tan intensas e inesperadas, que cuando quise hacerlo ya había una sonrisa en mis labios. Lo reconocí por su parsimonia al caminar. Cuando llegó al semáforo imaginé que él también podía reconocer mi perfil desde esa distancia y que tal vez el verme también le había provocado una sonrisa inusitada. El semáforo cambió y seguí mi camino sin atreverme a mirar de reojo para confirmar si tal vez él también había notado mi presencia.

Ese día comprendí el significado del Tiempo Divino en el que creo, pero cuya existencia intangible le juega malas pasadas a mi impaciencia. La probabilidad de pasar por esa calle a la hora exacta en la que él era el único transeúnte era mínima. Lo divino de esta experiencia y el verdadero mensaje reside en el hecho de haberlo visto en circunstancias tan improbables y justo después de haberlo encontrado en sueños la noche anterior. Era mucho más factible habernos cruzado en nuestras rutinas diarias, pero la magia de lo inesperado fue lo que marcó esta breve y distante coincidencia. El Tiempo Divino es entonces la posibilidad de los encuentros en el momento justo, no antes, no después, en ese ahora y en ese lugar insospechados.




Image, "Boca" by Vera Bulla (2022)

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